miércoles, 26 de diciembre de 2012

ALGUNAS EMOCIONES SERÁN TRASTORNOS



He encontrado inquietante la noticia que anuncia que el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales  editado por la American Psychological Association), pendiente aún de publicar,  va a incluir el llamado “Trastorno de Disregulación Disruptiva del estado de ánimo” (DMDD), aplicable a niños que ”exhiben episodios frecuentes de irritabilidad y arrebatos de conducta durante tres o más veces a la semana durante más de un año”. Parece ser que el objetivo de esta Asociación  Americana con la inclusión del trastorno, es evitar el sobrediagnóstico de trastorno bipolar en niños, con el consiguiente perjuicio que el tratamiento farmacológico puede conllevar.
Pero, desgraciadamente, no nos sorprende, que cada vez más y más niños estén medicados bajo distintas etiquetas, la más conocida por nosotros es el TDAH  pero a partir de ahora, parece ser que un niño o una niña con rabietas o triste (proceso de elaboración del duelo) también necesitará de medicación.  
Como se señala en el artículo publicado por Pablo Chacón en la revista Ñ: ¿qué mejor idea que convertir todo en ‘enfermedades’, ‘trastornos’ o ‘desórdenes’? No conformes con eso, los laboratorios han encontrado un nuevo filón: la infancia. ¿Por qué esperar a que el individuo crezca para convertirlo en consumidor de fármacos psiquiátricos, si hay cientos de millones de niños en el mundo que pueden ser clientes inmediatos? Sólo se necesita el concurso de burócratas, técnicos y psiquiatras que comprendan el potencial en juego

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