Leyendo una parte del libro “Des-edúcate” de Eva Bach y Peré Darder, hablan en un capítulo de des-
educar la competitividad. Señalan que es un ejercicio
de responsabilidad individual y que el no encontrar ese límite es debido a
que nos enfrascamos en una carrera sin
fin para obtener algo que nunca acabamos de conseguir, pues el reconocimiento
que se recibe no es a la persona, sino a lo que se ha hecho o se ha conseguido. ¡
Menuda trampa!, por eso quieres conseguir más y más porque ese
reconocimiento nunca te satisface.
Todo reconocimiento que se basa en los méritos en lugar de la estima no
nos reconforta. NO somos capaces de cooperar porque la cooperación tiene
tendencia a equiparar a igualar, y tememos quedarnos sin ese lugar destacado
que nos hace falta para seguir alimentando nuestro ego. ….Necesitamos
apropiarnos de alguna parcela del conocimiento y que haya siempre alguna persona
por debajo de nosotros para sentirnos alguien y tener una cierta sensación de
poder. Esto me da mucha pena, y sobre todo cuando lo ves en grupos de
personas que trabajan para el mismo fin. En los colegios se necesita trabajar
más en equipo, cada uno está en su aula y lo que haga el otro de puertas para dentro
me da igual. No se comparten los problemas porque supone asumir nuestras
limitaciones. Por otro lado es más fácil no compartirlas porque además hay personas que no te
devuelven apoyo ni compasión y que se sienten poderosas cuando a un
compañero no le va bien.
Por mucho que se quiera trabajar en los colegios valores como la convivencia, el respeto a los otros, la asertividad o la empatía, será muy dificil si como padres o educadores no somos conscientes de estos aspectos y hacemos algo por cambiar. ¿Predicar con el ejemplo?.
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